jueves, 5 de agosto de 2010

ILP: nueva tomadura de pelo a la concurrencia



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¿Qué se entiende por derecho? El derecho es todo aquello exigible por parte de alguien (la Administración) a otro (ciudadano, administrado) en virtud de un compromiso previo (una norma) que lo establece o bien por un hecho puntual.

El derecho está formado por los elementos siguientes:
Sujeto activo: quien ostenta el derecho.
Sujeto pasivo: quien ostenta la obligación.
Objeto: la causa que justifica la existencia del derecho.
El acto: documento que recoge la información anterior, la cantidad, los términos del pago.


De gestión presupuestaria pública. Clase del 30/07/10

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Lo reconozco, mi manera de introducir este post es rarita, sí. Se me ha ocurrido trasladar estas notas que fueron la introducción del viernes pasado, en mis clases, a la ejecución del presupuesto de ingresos en mi comunidad y supongo que similar al resto de comunidades de este país. ¿Qué sentido tiene transcribir estas notas? Me hicieron pensar en todo lo leído y escuchado durante los días posteriores a la votación que se llevó a cabo en el Parlament catalán para prohibir las corridas de toros.

El derecho es algo que alguien se saca de la manga, básicamente para fastidiar a otros, o para defenderse de otros. No pierdo de vista que derechos no tenemos nadie a priori, ningún ser vivo los tiene. Nosotros los inventamos, como todas nuestras reglas y normas, para lo que nos conviene, según soplen los vientos. En la naturaleza, las cosas simplemente ocurren y están relacionadas.

Me ha quedado un sentimiento agridulce tras la votación de la ILP, creo que la primera que llega hasta el final en mi comunidad autónoma (desgraciadamente, perdimos la batalla con la ILP sobre el cultivo de transgénicos). ¿Se ha hecho historia? ¿es un avance? ¿supone esto un recorte de libertades, como abogan unos? ¿va a causar más paro, dicen otros? insisto, mi sentimiento es más agrio que dulce.

En un primer momento me alegró que la votación diera el resultado que dio. Pero no me gusta el trasfondo, ni las maniobras que algunos se han dedicado a hacer de todo esto, ni las maneras hipócritas tanto de protaurinos como de ciertos antitaurinos.

Llevo tiempo intentado hacer entender a gente de fuera de Cataluña que muchos de los que en su día firmamos para apoyar la ILP lo hicimos por motivos puramente animalistas: "La Fiesta" es una tradición, pero una tradición bárbara, cruel y desagradable, en la que hay gente que se divierte y habla de "arte" ante el via crucis que sufre el toro hasta que lo matan. Punto. No hay más. Si la Fiesta es un símbolo nacional, a nosotros no nos importaba. La cuestión no era esa. Pero siempre hay cretinos dipuestos a dar la vuelta a las cosas, desde luego si los ha habido con ideas de venganza infantil en mi tierra, tras la cacareada sentencia de l'Estatut.

Me avergüenza prohibir, me avergüenza que nuestra sociedad sea todavía tan inmadura para tener que andar prohibiendo las cosas con amenaza de castigo en forma de sanción, al más puro estilo "Niño, si no te comés toda la sopa, voy y llamo al hombre de la bolsa" (Le Luthiers dixit). Pero también me avergüenza comprobar diariamente que todavía hay gente que me cuenta cosas como que el toro "ha nacido para esto", que el "toro no sufre dolor" que es una tradición que hemos de respetar, que es arte, que es cultura... intenté comprender estas posturas, intenté verlas desde el lado de los protaurinos.

Pero no puedo. Desde muy cría, me revolvió el estómago la visión del toro lleno de banderillas, sangrando herido, hasta la estocada que casi pedías por favor que llegara y fuera rápida; me horrorizó la única vez que me llevaron a una fiesta de la matanza del cerdo, me horrizó mi padre, siempre matando sus conejos, los pavos navideños... Hace mucho que dejé de discutir con la gente que me llama chalada por estar en contra de "La Fiesta" (mi padre el primero) porque no hay nada que negociar ni terreno común del que partir para comprender. El toro sufre porque su sistema nervioso le condiciona a ello, el toro es una especie como otra cualquiera que el Homo sapiens ha manipulado genéticamente desde el Neolítico para adaptarlo a sus necesidades. No ha nacido "para nada especial", simplemente llegó hasta aquí, evolutivamente hablando, como los osos, los lobos y tantas otras especies animales que habitaban nuestra península y han sido prácticamente exterminadas por estorbar nuestros intereseses (ganado, cultivos, etc.)

A estas alturas "crear arte" a partir de un espectáculo de sangre me parece aberrante, anacrónico. Nos jactamos de ser más avanzados que otras civilizaciones, pero sin embargo mantenermos comportamientos tribales ancestrales. Si somos civilizados, tradiciones como los toros, las peleas de perros, las de gallos, los correbous, las celebraciones de Tordesillas, por nombrar unos pocos de los muchos espectáculos con animales que se ofrecen en España por estas fechas, deberían haber quedado en el pasado hace mucho, del mismo modo que fuimos dejando rituales de sacrificios humanos diversos, tan comunes en otras épocas.

Se supone que como especie vamos avanzando espiritualmente hasta cierto nivel de progresión que debería implicar un mayor respeto hacia el resto de seres vivos. Se aprendió a respetar a la mujer (recordemos que no hace tanto no teníamos muchos más derechos -bonita palabra- que la cabra o la gallina del señor de la casa, y esto todavía es dolorosa realidad en muchos rincones del mundo), a los niños, luego vienen el resto de seres vivos, es lo natural; eso es, creo yo, lo natural.

Pero escribo bobadas. El espectáculo de estas semanas ha consistido en contemplar la hipocresía de políticos autonómicos, pactando la exclusión dels correbous de Tarragona (una salvajada de iguales proporciones a la Fiesta, por muy catalana que se considere, aquí no hay nacionalismo que valga) y dejando la ILP coja, contaminada de nacionalismo catalán por un lado, de desprecio hacia España por otro y de distracción en general para el gran público que, mientras se peleaba por si la Fiesta era un símbolo español o senegalés no recordaba la atroz crisis económica que estamos viviendo y la mediocridad de unos políticos, TODOS: NACIONALES, AUTONÓMICOS, DE DERECHAS, DE IZQUIERDAS, incapaces de proponer ideas creativas para rehacer nuestra penosa economía.

Así que, con semejante panorama, una no está feliz ante esta pequeña victoria. Una pequeña victoria que desde luego lo es: para el toro, para la consecución de un mundo más respetuoso y para seguir sobre el debate de nuestra sociedad sobre qué actitud hay que tomar respecto al resto de seres vivos no humanos. Per ha sido también decepcionante, porque la han tintado con los colores de la mentira y la manipulación. Jamás se me ocurrió pensar que al firmar por la abolición de las corridas de toros estuviese despreciando España, del mismo modo que rechazar los correbous ahora me va a convertir en anticatalanista. Muchos de los que secundamos esa iniciativa no comen carne de otros animales, algunos comemos la justa y necesaria sin caer en gulas. Muchos de los que firmamos para apoyar esta ILP procuramos no llevar pieles encima, intentamos no ensuciar nuestra tierra (y las otras) más de lo justo, intentamos ser conscientes de lo que nos llevamos a la boca, respetando que sea vida animal o vegetal, intentamos respetar nuestra casa común, la tierra, Gaia, en la que habitamos todos...

Es muy fácil defender las corridas de toros ante un bistec de 500 gr. que poca gente tiene arrestos para matar, o peor todavía, estar en contra de ellas, pero comerse con indiferencia la pechuga de un pollo que fue criado en un auténtico campos de exterminio y tuvo una vida miserable antes de llegar a su plato. Nuestra hipocresía, nuestra ignorancia, no conoce límites.

Si al PP le interesa ver en esa ILP un rechazo hacia España, si el PSC se apunta ahora a la movida antitaurina porque hace más giliprogre, si los de ERC siguen con su talante de doble moral independentista de oportunidad, si Convergència i Unió vota siempre lo que le va a ayudar a recobrar antes el poder, fantástico por todos. Pero... no era eso, no han respetado la esencia de lo que una iniciativa legislativa popular significa. De nuevo ignoran que delegamos en ellos la capacidad para legislar o, sencillamente, ni se leyeron la Constitución del 78.

Se equivocó la paloma, se equivocaba. (R. Alberti)
No és això, companys, no és això. (LL. Llach)

2 comentarios:

Joselu dijo...

Mucho me temo, Sarah, que la ILP ha quedado reducida a una pugna política. Sólo hay que ver la división de votos en el Parlament. Los nacionalistas han votado a favor de la prohibición, excluyendo los correbous, y los más cercanos a la idea de España, han votado por su permanencia. Los motivos animalistas, que respeto, han quedado orillados totalmente.

Como carne, no soy vegetariano, de modo que estoy avalando la matanza de animales para mi placer gastronómico. No sé si es bueno o malo.

El mundo de los toros me produce contradicciones. Por un lado, si triunfaran ILP en toda España para proscribir la fiesta, ello significaría a corto plazo la desaparición del toro bravo que no existe en ningún otro lugar que no haya corridas. Es un animal inútil para los seres humanos. Prohibición implica desaparición, tengámoslo claro. Alguien argumenta que podrían crearse algunos parques temáticos con toros bravos para contemplarlos en libertad y sin sufrir daños. No sé. Nunca he visto en directo una corrida de toros. Tal vez deba hacerlo para poder juzgar. Sólo he visto toros en la tele. Me desagrada la crueldad del rito, pero entiendo que ciertamente del dolor que sufre el animal puede surgir el arte. No deja de ser una lucha en que el torero puede morir y lo hace con alguna frecuencia o es frecuentemente corneado. Esto no lo puede negar nadie. Ha habido grandes toreros que han logrado despertar sentimientos nobles en el público y entre artistas reconocidos que no vamos a repetir. Hay arte, no se puede negar. Del mismo modo cuando los chinos refinaron terribles y sutiles medios de tortura, a la vez crearon la acupuntura. El dolor y la curación están íntimamente ligados en este sentido. Recuerda el ying y el yang. Los toros son crueles no cabe duda, pero hacen surgir el arte y revelan un mundo ancestral que nos queda desfasado y siniestro a los que no somos sus aficionados. En todo caso el debate ha sido corto, y encuentro motivos nobles en ambos campos y a la vez bastardos en ambos también. Ni apoyo a los taurinos sin puntualizaciones muy duras ni soporto a los antitaurinos interesados de salón como tú señalas. Creo que en cuanto tenga ocasión iré a ver una corrida de toros para poder experimentar mi psique interna frente a ese suplicio artístico.

Un cordial saludo.

sarah dijo...

Joselu, te leo y entiendo lo que me cuentas. Sin embargo y por una vez, permite que discrepe en algunas cosas. Básicamente no puedo entender, de verdad, no puedo, esa combinación que hacéis de dolor y arte. El sufrimiento forma parte de la vida y de la existencia; de ahí a ponerle estética al sufrimiento va un trecho.

Por otro lado hay que ser cuidadoso con lo que se justifica. Con argumentos todo es justificable, y en esa línea también podríamos mantener tradiciones tan arraigadas culturalmente como las lapidaciones en el mundo árabe, la ablación genital femenina, los sacrificios rituales en las civilizaciones precolombinas, o los espectáculos con leones y cristianos, que tanto gustaban a nuestros antepasados romanos... En otro orden de cosas podríamos justificar incluso los experimentos que los científicos alemanes realizaron en los campos de concentración con la población judía, que, dicen, permitió el avance de técnicas de odontología y avances en algunas técnicas médicas. Puestos a argumentar el abanico de posibilidades es infinito y discutible.

Sí estoy de acuerdo contigo en que hay que debatir las cosas y no sería malo un debate a nivel nacional sobre temas como estos. Pero, ahora mismo la cuestión del toro se ha limitado a una guerra de sexos Cataluña-España de tintes tan ridículos como esos programas veraniegos de famoseo que tanto gustan a muchos españoles.

Yo no soy nadie para recriminar moralmente a nadie. Fui vegetariana y sin embargo no lo soy por una serie de motivos que no caben en una respuesta, como algo de pescado y huevos, la cantidad necesaria para mantener vivo y sano un organismo de 47 kg, cosa que, créeme, no me hace feliz, pero lamentablemente soy incapaz de realizar la fotosíntesis :) Lo que siempre he procurado es no perder el respeto hacia la vida que ingiero, ingerir la mínima posible y mantener que soy tan solo una parte más en la cadena de la vida.

Un abrazo, Joselu, y sigue disfrutando del verano :)


Lovecats, de Benita Winkler