miércoles, 11 de marzo de 2009

Cumpleaños



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Érase una vez una sirena que conoció a un príncipe.

Se dejó seducir, confiada, pero él se marchó y la dejó.

También escuché la historia de Calipso... víctima de su propio amor. Érase una y otra vez la misma historia, en otras vidas, con otros seres.

El amor es extraño, obliga a veces, a duros sacrificios en su nombre.

Ángel me contó una vez que ella amó así, como la sirenita de Andersen, como Calipso. Amó hasta sentir dolor por amar... no fue correspondida más que unas breves semanas. El tipo que la sedujo era voluble, miedoso, le dicen que la engañó como sólo una ingénua puede ser traicionada. Ángel lo niega una y otra vez, "cuando me amó yo sé que fue cierto, es tan solo... que no pudo evitar dejar de amarme. Por eso se marchó, desapareció sin dejar rastro, y yo le dejé marchar, por amor no hubiera estado bien hacer otra cosa". Me mira, a través del humo de su eterno cigarrillo. La miro y no dudo de que dice verdad.

Su voz grave, recuerda vagamente el último café, amargo, sin azúcar, como siempre lo toma ella. Su voz grave me habla lentamente, pronunciando con cuidado cada palabra.

"Hoy cumple 40 años, Sarah. Nunca le gustó mucho este día, pero yo hubiera querido..."

De repente calla. Levanta la mirada brillante, intensa, profundamente dolida.

Ya no llora, hace mucho que dejó de hacerlo. La miro. No puedo decirle nada, no encuentro nada con qué consolar lo inconsolable.

Toma el gastado libro de cuentos de Andersen, su bolso negro. Se levanta.
Marcha. Cierra la puerta tras de sí, con cuidado.

Una estela de fuerte olor a tabaco llena su ausencia. ¿A dónde va? ella nunca lo dice. Ella nunca lo sabe. Ella no quiere, tampoco, saberlo.

1 comentario:

Joselu dijo...

Relato increíblemente triste. La unión entre el vídeo, la historia de Calipso y de Ángel penetra el cuento o alegoría de profunda tristeza que me ha calado. No sé bien qué decir de esa añoranza inconsolable, quizás puedo entenderla. A veces es así el amor. ¡Qué dolor del alma!


Lovecats, de Benita Winkler