domingo, 14 de diciembre de 2008

¿Navidad?



Un poquito de música, como siempre...


He estado algo ausente, los días transcurren tan veloces que apenas he ido reparando en que las calles de la ciudad se han ido vistiendo de eso que llaman Navidad...

Navego por ello con indiferencia. No me gusta la Navidad. No me gusta ESTA Navidad, que huele a falso, postizo. Yo tuve una, la de mi infancia, en que las cosas eran diferentes. Muchos fuimos criados al amparo de familias muy humildes, la Navidad era una época mágica, en donde se hacía un gran esfuerzo y se ponía algo especial en la mesa, habían regalos si habíamos sido buenos y si los dioses habían sido amables con el bolsillo de nuestros padres.


Todo eso ha desaparecido para siempre en un mundo lleno de cosas, escaparates rebosantes de tonterías, de gentes locas que se arraciman de tienda en tienda buscando no acabo de entender qué nueva pieza de ropa, zapato, bolso, artilugio electrónico... Muchos mantienen las formas porque "toca" en esta época del año. La gente solía gastar (quizá este año sea distinto, con esto de la crisis y su iconografía) más allá de sus posibilidades llevada de esta riada de felicidad y consumismo compulsivo.

Lo que más molesta es ese buenismo que se impone durante unos días, una tolerancia paternalista a "seamos amables, amemos al prójimo durante unos días, porque es Navidad"... parece el triunfo de la hipocresía, como una burla cruel, a lo que debería de ser cierto y sentido durante todo el año.


Tras mi decepción por lo que es la Navidad en Occidente, tuve Navidades tristes, oscuras, negras, sarcásticas... de todo tipo.

He llegado a un punto de indiferencia comprensiva en este período de Adviento. No soy distinta de la bruja del mes de enero o de la de julio. No hago propósitos de Año Nuevo (que sé que, además, jamás cumpliré), no como como una ballena ni bebo como una cosaca. Soy igual de amable o antipática que el resto del año y mantengo mis tristezas o mis euforias como siempre.

Lo que sí es cierto es que esta época del año invita a la contemplación, al recogimiento. Se acerca el invierno. Es algo que pocos parecen tener en cuenta. Hace más frío, los días son cortos, se está a gusto en casa, leyendo o escuchando música. Un paseo al amanecer es delicioso entre guantes de lana y ojos llorosos por la temperatura, a veces con algo de música, otras en silencio. No olvidemos que muchas fiestas paganas de esta época del año no hacen más que marcar la entrada en la estación más fría del año, celebran el reposo de la naturaleza, el descanso tanto de animales como de la vegetación.



Tan solo eso ya es motivo de celebración. El solsticio de Invierno tiene en sí mismo algo que lo hace mágico, especial. No hace falta más.

3 comentarios:

El Criticon dijo...

Te encuentro entre la melancolia del pasado y la cruda realidad del presente.
La Navidad se nos hace menos interesante a la vez que vamos creciendo,
Al madurar comprendemos que es una patraña, un engaño infantil, al igual que el ratoncito Perez.
Me alegro de que seas igual, en Navidad que el resto del año, demuestras ser una persona centrada.
¿No deberiamos ser todos los dias del año, solidarios, sencillos, tiernos, amables, educados, compañeros, amantes,y sobre todo personas?
¿Porque dejarlo todo, para la Navidad,dia de la madre, cumpleaños, dia delos enamorados o el dia del libro?
No participemos de esta sociedad de consumo.

Muchos saludos Bruja

Alonee dijo...

buenas tardes, Sarah:

me siento identificado con tus pensamientos, ya se que lo hemos hablado en alguna ocasión, pero viene bien volver a darme cuenta de que hay alguien que piensa igual que yo, que no estamos sólos en medio de esta marea de gente.....

No deseo Feliz Navidad, no soy amable, no sonrio, y no me da la gana de poner un muñeco de papanoel en casa...

aunque...

...sí, como siempre las "formas" se nos vienen imponiendo..., nos van aprisionando...(créo que acabaré con un muñeco de "esos" en casa...)

que triste...

un beso.

Ester dijo...

Molt d'acord amb tot això,


Lovecats, de Benita Winkler