domingo, 26 de octubre de 2008

Before the Last Leaf Falls... (music by David Lanz)



Hoy ando algo desconcertada por el cambio horario. A decir verdad éste es más agradable que el del verano, en que roban una hora de nuestra vida con la fantasmagórica razón del ahorro energético... en plena estación otoñal nos la retornan, es como un premio tonto, no regalan nada, tan sólo nos devuelven lo que nos habían quitado... la brujilla ha decidido hoy no ser esclava de horarios, sino hacer cosas sencillas.

Hemos pasado el día en la montaña, en las faldas de la sierra del Montseny, no muy lejos de Barcelona. Ha sido una velada agradable, con un tiempo espléndido, un cielo limpio de nubes y un sol que calentaba suavemente nuestros rostros a la hora de la comida. Ha sido una reunión multitudinaria, con los padres de otros chavales del centro de esplai (algo parecido a un grupo escolta, aunque con ideas algo distintas a las del escoltismo, tan solo tienen en común su tendencia a ir a la montaña, este teipo de organizaciones infantiles son muy frecuentes en mi comunidad, no sé si en el resto de España se dan igual), los críos, más los monitores, cuyas edades oscilan entre los 18 y los veintipico. El ambiente es variopinto, pues son variadas las circunstancias de cada chaval, algunos vienen con familias mixtas, de padres separados que han rehecho su vida con otras personas que, a su vez, tenían hijos de parejas anteriores, algunos sin pareja pero con hijos... Los monitores son todos estudiantes universitarios que dedican de forma altruista un tiempo a formar chavales en el tiempo libre... Son reuniones agradables, en las que puedes hablar con la gente, escucharla, enriquecerte con otros modos de ver las cosas.

He dado un paseo con una mujer que sabe mucho de botánica, hemos encontrado castaños, tipos de roble de hoja perenne, variedades de orégano silvestre (¡ni sabía que habían!), tomillos, ruscus (galzeran en catalán)... algunas setas que no hemos tocado porque nuestra intención era la contemplación, no recolectar nada en concreto. Ha sido muy agradable caminar por caminos solitarios, sentir las hojas secas bajo nuestros pies, oler el bosque, escucharlo, lejos de carreteras y los gritos de los críos... es en estos lugares en los que soy consciente de que somos criaturas del bosque, que no sé qué demonios hacemos todos embutidos en las grandes ciudades... es en esos momentos en que me siento pertenecer de verdad a algún lugar.

Ha sido un poco todo: el paseo, la contemplación del bosque, la charla relajada con unos y otros, observar los juegos de los niños, lo que ha hecho de este día algo especial, un día más en esa secuencia en la que no hay grandes gestos ni grandes batallas a librar, tan sólo fluir en lo sencillo que puede tener la vida.

Por otro lado, la próxima es una semana de brujas. Se acerca la festividad de Todos los Santos, el Halloween celta, el magosto de las tierras de León, en la lejana tierra de los castillos... las brujas de aquí preparamos unos dulces a base de almendra, piñones, batata, azúcar, coco (panellets)... asamos boniatos, castañas en una lumbre de leña, recordamos a los que un día dejaron esta vida y contamos historias de miedo, curiosas... algunas organizamos fiestas con amigos, otras queman en ese mismo fuego los vestigios de un pasado doloroso, cartas, poemas, quizá algún pañuelo perfumado... celebramos la proximidad del invierno, la creciente oscuridad que invita al reposo, a la meditación, celebramos que la naturaleza se prepara para el silencio vital, una especie de sueño que un poco sí, recuerda a la muerte, pero en la espera cierta de que el ciclo de la vida volverá a traernos la maravilla de la primavera.

Una fiesta así se ha de celebrar cerca en la montaña. El año pasado, como en otras ocasiones, nos fuimos a la Vall d'Aran, un lugar precioso en otoño. Este año creo que he sido bendecida por la suerte: regresaré al paraíso de Prenafeta, cerca de Montblanc.

2 comentarios:

Ramón María dijo...

Ay, magnifico dia de naturaleza, compartiendo los aromas otoñales entre charlas y risas de mocosillos,disfrutando de lo que realmente importa......


Brujilla que envidia...Muxus.

Alonee dijo...

...buenas noches, Sarah...

me gusta la oscuridad melancólica que acompaña al invierno que llega.... me hace pensar...
Por cierto, me encanta la foto que has puesto de San Juan de Gaztelugatxe....


Lovecats, de Benita Winkler