viernes, 25 de diciembre de 2009

Solsticio de invierno


Unos días de pausa, unos días de mezclas. Mezclamos tradiciones diversas, buscamos el ascetismo entre el consumo descarado de bienes y alimentos.

Días de familia, de estrechar manos, de muchos abrazos.

Días de balance, de repaso a lo hecho y perdido en un año.



Días fríos en los que de repente sube la temperatura y podría parecer hasta una tibia mañana de primavera.



Días de invierno.

Bienvenido, solsticio de invierno.

A partir de ahora, los días serán más largos.

Cuesta creerlo, pero, simplemente, es así.

4 comentarios:

Joselu dijo...

Breves apuntes que dibujan la madeja del tiempo, de ese tiempo que es la esencia de nuestras vidas, ese íntimo latir de las estaciones, de los ritos, de los días que van pasando, de esa temperatura suave en pleno invierno. Que también nos alcance su tibieza. Que sigas este año que comienza con tus reflexiones que siempre me producen una delicada resonancia. Un cordial saludo.

Yolanda dijo...

Pues sí, así es, un año más se repiten los ritos, los encuentros y las (buenas) costumbres. La Naturaleza pronto saldrá de su letargo y con más horas de luz nos parecerá vivir un poco más. Tras el recogimiento (bajo las mantas) viene la expansión de cuerpos y almas.
Un saludo.

en Girbén dijo...

Espero, Sarah, que una mica de calidesa, així com una mica de llum, et vinguin bé per aquests dies freds i curts en els quals és impossible trobar papallones damunt les flors. Com ara la zigena sobre una escabiosa mossegada que ens ensenyes.
Ves amb molt ull amb aquestes papallones! Totes les zigenes són tòxiques -abans i després de la seva metamorfosi- pels seus alts continguts de cianur! Són coses que una bruixa ha de saber.
Salut i empenta pel 2010!

antrophistoria dijo...

Hola Sarah

Paso por tu blog para dejarte mis mejores deseos para el 2010. Feliz año nuevo.

Un beso.


Lovecats, de Benita Winkler