Al hilo de las reflexiones, de las divagaciones de diversas amigas sobre la vida, la gente, el amor... (dichoso amor, divertimento complicado donde los haya) me ha venido a la mente uno de los episodios de Anatomía de Grey de los que, confieso, soy adicta, a algunos de ellos, al menos. Forman parte del escaso tiempo que dedico a ver la tele.
Este me gustó especialmente. Se lo dedico a Ada, para que no se desanime, que hay mucho en su vida, aunque ella ya lo sabe.
1 comentario:
Gracias, Sarah. Éstoy luchando para contener las lágrimas, porque tengo al niño a dos pasos de mí y no quiero que intuya más de lo que ya intuye. Gracias, gracias, gracias. Estos días sabes que echo mucho de menos a alguien, a alguien que ha entrado en mi corazón como un huracán. Y sé que yo he sido un tifón en el suyo. Y ahora está lejos. Pero ese trocito de Anatomía Grey ha zarandeado mi alma. Llegamos solos y nos vamos solos, pero voy a luchar por lo que hay entre esos dos momentos.
Un beso enorme, guapa,
Ada
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