miércoles, 3 de junio de 2009

Dobles realidades, lo que se ve y lo que hay




Todo el día estudiando organizaciones públicas sanitarias. Alternando convenientemente con los contenidos del examen de catalán que tendré en dos semanas: variedades dialectales, sintaxis, fonética, historia de la literatura, morfología...

Eso sí, estos días trabajo poco en el hospital, y, dadas las circunstancias, es un alivio no hacerlo.

La presión de los exámenes se nota. Los chicos andan nerviosos. Mi propio hijo anda malhumorado, pegado a sus libros. Yo hago lo mismo, malhumorada, pegada a los míos.

No hay cosa más tonta que las oposiciones (que no aprobaré, convocaron la primera prueba 3 meses antes de lo que se suponía o me dijeron como probable): te pasas el día empollando normas, leyes, regulaciones... me abruma ver la cantidad de rollo que nos hemos organizado (permítaseme la redundancia, por favor) para organizar lo inorganizable. Un montón de protocolos, procesos, cimentados convenientemente en tal o cual ley... que luego alguien, siempre, se acaba saltando por prevaricación, chuleo o porque sí, porque para esto se hacen las normas, para que muchos se las salten.

Este es un juego más a jugar. Yo juego. Por jugar, que no quede.

Pero por hoy ya basta, acabo de escaparme; para ello, o me fundo con algún libro de poesía, con alguna de esas lecturas que hago por puro vicio, o me escapo de la mano de la música.

Björk me viene bien. Por algún motivo Björk siempre me viene a cuento de tal o cual sentimiento, a cuento de una sensación, de un cosquilleo en el alma.

Björk llena de poesía sus canciones, ironiza, se ríe de los protocolos, es excéntrica porque le da la gana, y me muestra la visión de otra realidad mucho más orgánica, más perversa, sutilmente agazapada bajo en las escuadras de lo políticamente correcto.

No me gusta ser políticamente correcta.

Hoy, sobre todo, no.

Me escapo, me largo a la selva, me dejo llevar de su mano por caminos de sensualidad.

5 comentarios:

antrophistoria dijo...

Te comprendo perfectamente Sarah. Yo también soy opositor, pero para profe de secundaria. Lo peor no es lo que cuentas, sino aprobar las oposiciones con buena nota y quedarte sin plaza. Es el mundo del azar y de la suerte, aunque siempre acompañados de mucho trabajo previo. Paciencia y mucha suerte!!

P.D. Se te echa de menos por mi blog.

Tesi dijo...

Qué gran canción has ido a elegir...

sarah dijo...

José, pues te deseo mucha mucha suerte, porque, es cierto, peor que no aprobarlas es hacerlo y no tener plaza. El resto... lo comentamos ayer. Esta tarde, cuando me escape, lo haré directa a algunas entradas de tu blog.

Tesi, ¿a que es genial esta mujer? rara como un perro verde, por eso me gusta tanto su música, tan poco clasificable, tan personal. Un abrazo.

Joselu dijo...

Mi mujer también está en proceso de oposiciones, pero todo se ha conjurado en contra: sus padres enfermos, el trabajo en el instituto agotador, la casa, nuestras hijas... Realmente para quien tiene una vida montada las oposiciones es una prueba tremenda, muy diferente que para el chico o chica que acaban la carrera, lo tienen todo fresco y viven con sus padres que se encargan de todo. Las oposiciones con responsabilidades familiares son espeluznantes. Suerte, en todo caso. Un cordial saludo.

sarah dijo...

Has dicho la palabra correcta: espeluznantes. Mis circunstancias son similares (no iguales) a los de tu compañera, hemos tenido sustos con mis padres y la madre de mi pareja, mi hijo, al que superviso personalmente en sus estudios por ser un caso típico de TDA, la casa, el trabajo en el hospital (y que dure, de momento no me quejo)... espeluznante, sí.

Mis respetos y mi solidaridad con tu compañera, seguro que es otra mujer luchadora... y sorprendida, je je


Lovecats, de Benita Winkler