jueves, 20 de noviembre de 2008

Colores prohibidos

Acabo de estar en el rincón oscuro de Alonee, un rincón tan suyo como personal. Me ha recordado una canción cuyo vídeo me permito la osadía de tomar prestado. Es el tema central de la película Feliz Navidad, Mr. Lawrence. Una película que, por algún motivo, no me atrevo a ver ni encuentro el momento para hacerlo. Me dijeron hace tiempo que había en ella una historia de amor terrible. Una no tiene el corazón para sufrir mucho más. Quizá por eso la bruja se queda con esta canción, que desde siempre ha conmovido por su dulzura, por la tristeza y la nostalgia que rezuma.

Estos días hay mucha música en la buhardilla, ando reflexiva, algo más callada de lo habitual. Miro, observo mucho, sigo leyendo a Robert Wolff, ya le he mencionado varias veces, que me está mostrando cosas que yo ya sabía y no me atrevía a decirme a mí misma.

Ando algo tristona porque sé de las tristezas de otras personas a las que aprecio y eso me afecta, no puedo evitarlo. Paseo mucho y me fijo mucho en la gente, en sus actitudes en sus movimientos. Viajo cada mañana hacia el trabajo rodeada de un movimiento incesante de almas que entran y salen de los vagones, sus rostros dormidos, sin esconder del todo el desconcierto. Yo me siento, muy quieta, en mi asiento, leo a ratos, me pregunto qué demonios estamos haciendo todos ahí metidos, hasta que mis pensamientos se reducen a nada y tan solo miro, sin emitir juicio alguno, extrañada y sorprendida de todo.

Así que... dejemos que la música inunde la buhardilla. Quizá cambien sus habitantes, quizá cambien sus tonos de luz y sus sombras, pero la música y alguna vela perfumada nunca faltarán en este rincón...

Gracias, Alonee, por haberme recordado a Ruichi, hace mucho que no me daba por escucharlo... esta versión de Forbidden Colours es magnífica.

2 comentarios:

Alonee dijo...

...buenas tardes...
estos días estoy "off-line". Problemas más o menos... técnicos me impiden leer y escribir por las noches...
así que me conecto ahora, en una escapadita desde El Trabajo para leerte... y me encuentro con este post!!
Toda una sorpresa... me has hecho sonreir, y me has animado... ¡Qué leches! ahora, aunque sea sólo por un instante, has hecho que me sienta... bien.
muchas gracias, brujilla, tu encantamiento ha surgido efecto...

sarah dijo...

Me gustó animarte. Da gusto hacer magia con semejantes resultados. Cuídate, Alonee :)


Lovecats, de Benita Winkler